La vinca o flor del príncipe (Catharanthus roseus) es una planta popular que podemos encontrar en muchas casas y jardines, debido a sus bonitas flores de colores. Originaria de Madagascar, presenta hojas ovaladas y flores de 5 pétalos de colores variados, como blanco, rosa o violeta.
Es una planta perenne, que se reproduce por esquejes o semillas, y que necesita mucha luminosidad, aunque en verano puede sufrir con el sol directo en zonas donde se alcancen altas temperaturas.
Pero lo que muchas personas desconocen de esta planta es que a partir de algunos de componentes de la vinca de Madagascar (los alcaloides de la vinca) se han producido fármacos contra el cáncer que han salvado la vida de muchas personas y animales. En 1949, el endocrino de la Universidad de Ontario (Canadá) Robert Noble llevó a cabo una serie de estudios para evaluar el efecto del extracto de hojas de vinca sobre la diabetes en ratones. No observaron ningún efecto sobre la diabetes por vía oral, pero al administrarlo por vía intravenosa, los ratones murieron por una infección debido a una disminución del número de glóbulos blancos en sangre. Posteriormente, en colaboración con el químico Charles Thomas Beer, aislaron la vinblastina. La vinblastina, junto con otros alcaloides de la vinca como la vincristina, todavía se utilizan en la actualidad en oncología humana y veterinaria para el tratamiento de algunos tumores como el linfoma o el mastocitoma.
IMPORTANTE: Los efectos contra el cáncer sólo se consiguen con la administración intravenosa de estos fármacos por un oncólogo, que evalúe los beneficios y efectos secundarios, por lo que NO debemos consumir por nuestra cuenta bajo ningún concepto la planta con estos fines, ya que puede resultar tóxica.
Por la belleza de sus flores y su asombrosa historia, es una planta que nunca faltará en nuestro jardín.
