Nuestra nueva mascota no es un hámster ni una tortuga. Se llama Teresita y es una mantis religiosa (llamada también santateresa en algunos lugares).
La mantis es un insecto grande, de varios cm, que a pesar de su aspecto inquietante (con su cabeza triangular nos recuerda a un alienígena), no es venenosa ni peligrosa para los humanos. Todo lo contrario, es una gran aliada del huerto, muy beneficiosa, ya que come insectos perjudiciales para nuestro huerto como los saltamontes.
Hemos podido comprobar que la mantis hembra es un insecto territorial. Teresita lleva varios meses en el mismo bancal, a pesar de la lluvia y el granizo de este otoño. Permanece horas totalmente inmóvil, camuflada entre las plantas con sus patas delanteras flexionadas como si estuviera rezando, (de ahí su nombre), hasta que una imprudente presa se acerca.
Entonces, se abalanza sobre ella con un rápido movimiento y la atrapa con sus patas delanteras, que poseen unos pequeños pinchos para evitar que escape, y la devora cuando aún está viva.
Su rapidez ha servido de inspiración a algunos movimientos en artes marciales, e incluso tiene un personaje en su honor en la película Kung Fu Panda.
Existen mantis de diferentes colores, verdes, pardas o del color de la paja, para poder camuflarse mejor entre la vegetación, y como curiosidad, tiene sólo un oído, que está localizado en el tórax.
Un día, nuestros vecinos, que conocen a nuestra peculiar mascota, nos avisaron de que Teresita se había escapado a su patio. Pero no era nuestra Teresita, que seguía inmóvil en el mismo bancal. Como existía la posibilidad de que fuera un macho, decidimos no meterlo con Teresita, ya que en algunas ocasiones la hembra devora al macho tras la cópula. Como no estábamos seguros de si Teresita era hembra, preferimos evitar un drama familiar, ya que los niños le han cogido cariño a su mascota.
Esperamos que la mantis Teresita continúe por mucho tiempo protegiendo nuestro huerto de insectos perjudiciales.