El origen de Rayén

He nacido hoy pero estamos en la calle, no veo nada y ¡se llevan a mi madre! ¡No! No os la llevéis, dije.

¿Y tú que miras, perro? ¡Te cogeré!

¡Me persiguen, no me protege nadie! dije triste, y me cogieron. Fue lo peor que me pasó en la vida, me metieron en una sucia jaula con otro perro llamado Boby. Me dijo: se me termina el tiempo. Y vino una persona y se llevó a Boby. No lo volví a ver nunca más.

Otros perros me contaron que sólo teníamos 72 horas para que nos adopten, si no nos matarán como le han hecho a Boby. Yo me puse muy nerviosa, no sabía que hacer, hasta que entraron dos personas. Una era Ana y otra Javier, y corrieron empujándose hacia mí, y Ana me cogió y me llevó a su casa. Era gigante, cabía en su mano.

Fui creciendo poco a poco. Nació Nico varios años después. ¡Nació Leo! Era muy divertido.

Ya estaba más tranquila y empecé a ver la Patrulla Canina en la tele. De vez en cuando todos se van y me quedo sola, y puedo hacer lo que quiera: subirme en el sillón, etc… Cuando vuelven me pongo super feliz. Y si están mucho tiempo fuera y vuelven y no he hecho pipí ni caca me abrazan y se ponen muy contentos.

También voy a su trabajo y me quedo en el despacho. La primera vez que fui conocí a Tina y a Kenig, dos perros muy amables con los que hago muchas cosas. A veces vomito y lo limpian.

 

Ya no estamos en la misma casa, ahora tenemos un jardín enorme y vivimos en un bajo. Una vez me pusieron de comer una comida que no me gustó nada, así que no comí. Pero por suerte mis dueños se dieron cuenta de que no comía y me pusieron la que a mí me gusta.

Corría todos los días, era una vida mucho mejor que la otra, y en ese momento pensé: ¿Qué habrá sido de los otros perros? Y me asomé por la ventana y vi a esos perros super felices y me dijeron: ¿Qué tal? Yo dije ¡bien! ¡adiós!

Y bueno, aquí acaba mi historia, historia contada por el ser vivo que mejor la conoce, yo.

FIN

Hay muchos animales en perreras y refugios esperando para ser adoptados. Si estás pensando en tener una mascota, ¡dales una oportunidad y los harás felices! Pero recuerda que no son un juguete y que deberás cuidarlos durante toda su vida.

Author: Chiquihuerto

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