El ajo chilote, el rey de los ajos

El ajo chilote recibe su nombre del archipiélago de Chiloé, en Chile, y es también llamado ajo elefante por su gran tamaño, ya que es casi tres veces más grandes que un ajo común. Su nombre científico es Allium ampeloprasum var. ampeloprasum y está más emparentado con el puerro que con los ajos normales. Los dientes del ajo chilote son de color amarillento y su sabor es más suave.

A la izquierda, un diente de ajo chilote, y a la derecha un diente de ajo normal

Tanto si estás en el hemisferio sur como si estás en el norte, se suelen sembrar a principios de otoño, en luna menguante, con la parte puntiaguda hacia arriba, como los ajos normales. No necesitan mucho riego, y de cada diente conseguiremos una cabeza, que suele tener entre 4 y 6 dientes.

Una curiosidad de los ajos chilotes es que cuando se cosechan podemos encontrar pegados a la cabeza unos pequeños bulbos, protegidos por una doble cáscara dura como si fueran un fruto seco, que son llamados hijuelos o, de forma más técnica, propágulos de resistencia.

Hijuelos pegados a la cabeza de un ajo chilote

Estos hijuelos, debido a la cubierta que los protege, pueden tardar un par de años en germinar, por lo que si queremos sembrarlos debemos pelarlos. La primera vez que los sembramos no los pelamos, y al año siguiente al escarbar en la tierra los encontramos exactamente igual que como los dejamos.

Hijuelos de ajo chilote. A la izquierda, sin pelar, en medio, después de quitar la primera cáscara y a la derecha tras pelarlo, listo para la siembra

De estos hijuelos no conseguiremos una cabeza gigante de ajos, sino que dan un bulbo con un solo diente, que nosotros llamamos la cabeza de primer año. Si en el otoño siguiente sembramos esta cabeza, entonces sí nos dará la cabeza gigante típica de estos ajos con varios dientes.

Cabeza de primer año de un solo diente, con dos hijuelos

La cabeza de ajos que habíamos conseguido en Chiloé se nos pudrió y no pudimos sembrarla, pero a partir de un hijuelo que sobrevivió hemos conseguido en dos años una cabeza. No es tan espectacular como las que vimos en Chile, probablemente por el clima tan diferente de nuestra zona, pero hemos vuelto a sembrar dientes e hijuelos a ver si este año se nos da mejor. ¿Qué experiencia tenéis vosotros con estos ajos?

Author: Chiquihuerto

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