Un día, a mi, a la perrita Rayén, me pasó algo muy extraño. Eran las 9:30 de la noche, la hora de la cena y… ¡la comida había desaparecido! Fui a la casa de mi amigo el perrito Kenny, y le pregunté si tenía algo de cena y si me podía dar un poco pero ¡él tampoco tenía comida, ni los demás perros del barrio! A todos nos pareció raro no cenar.
A medianoche , cuando nuestros dueños dormían, nos fuimos a buscar al ladrón de comida. Miramos por todo el vecindario y no había ni rastro de nuestra comida, ni de la de los perros del barrio. Ese ladrón estaba hambriento. ¿ Y si tal vez la hubieran cogido los gatos? -Preguntó la perra Mika.
Seguro que no. -Dijo la perra Tina. Pues yo voto por que vayamos.-Dijo Mika. ¿Ahora el misterio se esta convirtiendo en unas votaciones? – Preguntó Tina. A lo mejor Mika tiene razón, ¡vamos! -Dijo Manoli. Y se fueron a buscar a los gatos.
¿Habeis venido a visitarnos? – Preguntó Rayo, el gato malvado. ¡No, hemos venido a por nuestra comida! – Exclamó Kenny. Será nuestra comida – Corrigió Puchy el gato. ¡Es nuestra! – exclamó el perro Cachibache . JAJAJAJA – Rió Rayo el gato malvado .
¡ESOS GATOS MALVADOS NOS HABÍAN ROBADO LA COMIDA!
Chicos, es hora de transformarnos. – Dijo Rayén. Cachivache y Maggie se transformaron en mini perros y recogieron su pienso, super Tina se hizo tan grande como un edificio y cogió todo el pienso, y cuando lo tuvieron todo se fueron. Los gatos intentaron perseguir a los perros para recuperar su comida, así que los perros volvieron a usar sus poderes. ¡ SUPER TORNADO ! – Dijo Mika. SUPER HIELO – dijo Kenny, y quedaron tres bonitas esculturas gatunas de hielo.
Y por fin se fueron todos a cenar un festín de pienso.
FIN